POETAS EN DOMINGO
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1869 – 2024 Conmemoración de los 155 años de la llegada de Juan Montalvo a Ipiales en su primer exilio. 155 años de las Nubes Verdes.
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Está semana me causó una honda satisfacción estar en Pasto por invitación del Banco de la República y su gerente Fernando Palacios Valencia, representando a Ipiales pero no a sus autoridades que no se dan ni por enteradas del hecho cultural en un aparente cambio prometido por Amilcar Pantoja Ipiales. Al fin, él no puede ocultar la luz con una mano.
La charla sobre los 155 años de Juan Montalvo y su influencia en el.pensamuento sur fue agradable y estuvo acompañada por un público respetuoso entre quienes pude saludar a Patricia Chaves y sus queridos padres, Margarita Villamil Ceron acompañada de la Embajadora del Arte de América en el Bicentenario: Elizabeth Garzon Yépez con quién tenemos mucho que dialogar, Libia Piedad Villacres mi querida cuñada puesto que dedique mi conferencia a la memoria de mi hermano Lucio Guillermo, el historiador Enrique Herrera Enriquez , exalcalde Albeiro Ortiz y Alba Lucia Benavides Huertas , Mario Cepeda Bravo , Augusto Vallejo, su esposa, Jorge Rodriguez , además de otros.
Gracias por sus generosos conceptos que me llenan de alegría pero no de falso orgullo, porque quienes me conocen saben de mi sencillo espíritu de escritor provinciano frente al mundo, (próximamente en México) y así lo demostraré en el V Encuentro Internacional de Poetas de América, Europa, Asia y África que vengo organizando y en la presentación de la Antología Poetas en Domingo, CON LA ASISTENCIA DE ESCRITORES AMIGOS DE 14 PAÍSES.
Esta semana tengo mucha satisfacción al invitar a un hombre polifacético, pletórico de inspiración en el arte de la poesía, la fotografía, la pintura y la música, quien ha representado dignamente al sur de Colombia en el.panorama internacional. Es un excompañero de estudios y artista que junto a su esposa Consuelito Zamora Gómez me regala tertulias proverbiales en el afecto, el recuerdo y la música.
En mi modesta colección conservo en un sitio de privilegio un carboncillo original de Lucho Casado y una acuarela de Aurelio Arturo que fue su obsequio.
Mi invitado de hoy es un auténtico Maestro que con indeclinable valor sigue tejiendo obras que enorgullecen al pueblo ipialeño en la fotografía, en la pintura y en una poesía cargada de metáforas que abrigan el alma. Su nombre no es desconocido en la Casa de Poesía Silva de Bogotá a la que fue invitado por Merceditas Carranza y Belisario Betancur, ni en el Carnaval del Diablo en Riosucio ni en Quito, Ecuador.
Él es Jaime Rodriguez Pantoja, odontólogo, escritor y Artista Colombiano, Diplomado en Gestión Cultural – Fondo Mixto de Cultura, Banco de la República y Universidad de Nariño – Pasto 1998, autor de los libros de Prosa y Poesia Los Libertadores de la Oración y la Palabra, Agua, Cal y Canto y Manuscritos del Agua, en los años 1994, 1996 y 2013 respectivamente.
Son sus hijas Olga Cupsklaya, Consuelo Nohelia y Aleyda Cristina Rodriguez Zamora, además de sus nietos Hernán David, Laura Cristina, Dario, Gabriel, Paula Sofía y David Arturo, quiénes llenan de resplandor su creatividad.
Con él y el Colectivo Cultural Cincel además de nuestros santos compadres Chasquis, recibimos hace años el Premio Correo del Sur en su versión XXXI, pero sí debo destacar que fue maravilloso que él hubiese sido galardonado por la National Geographic EEUU-2008, FRH Fondo para la rehabilitación de monumentos Históricas y Religiosos en Bruselas, Bélgica en 2018
He aquí una muestra de su escritura:
EVOCATORIO
De ti emergen todos mis trigales
y vuelven a mi memoria
los portales de la vieja casona
que daban paso al azul de la cordillera
las parcelas multicolores
arrancadas de los peñascos
con el cincel del tiempo,
tus paisajes en vespertino
asomaban como ángeles en vuelo
a doblar en el campanario
del barrio alto
junto a la escuelita de la profe Inés,
la llave de tubo
que era nuestra alerta
en la puerta principal
y el tiempo tan fugaz
que ahora se asoma
rasgando nuestra piel,
saltando los escollos de los años
un viejo embarcadero de ilusiones,
esa edad temprana y reluciente
en que tus mayores no entendieron
que el amor es milenario y pasajero
y los recuerdos amarrados
en atadijos de trigales
lejos del pueblo,
Yo era el viajante
hasta la penumbra de tus trojes
un reflejo tenue de luz venía del patio dibujando nuestros rostros,
solo se oía el murmullo de tus ángeles nocturnos
solo el paso del viento que traía
el perfume desnudo de tus flores,
solo un haz de luna
que franqueaba los aldabones.
Fui el labriego de tu cuerpo de niña
donde aprendí a descifrar
los sonidos errantes de tu boca
frágil y primera,
tocar con mi fibra musical
el pétalo de tu piel dominical
de tersura cetrina
de colegiala de campo,
alados nocturnos
tu tibia corola violeta
que precipitaba mis ojos
venían acicalando tu vientre
tu pecho palpitante
en desbocado torrente,
tu orillo carmin
que en delirio
partía de tu boca
dulce, amada mía
ave viajera
ave mía,
que picoteabas mi alma al despunte del nuevo día!
SOMOS
Somos pasajeros de este navío errante en el espacio
un puñado de tierra en las manos
recolectores de galaxias, moribundas y chatarras cósmicas
!somos sol, cascada y paso a la nada!
hechos a golpes de olas
en el desembarque primigenio
con la luz de la alborada
Gigantes marinos en diálogos y conciertos
el inmenso teatro de los Océanos
!somos Sol, Niebla y paso a la Nada!
recicladores de lágrimas
en el armazón de una vieja guitarra
que guarda en su vientre
el eco de callejeras tonadas,
somos tempestad y serenata
en los amaneceres,
acordes de diapasón en las ventanas
!Somos testigos mudos del mar y su cloaca y paso a la Nada!
somos la pupila del niño
que dibuja el paisaje
devastado y ofendido
al paso del curtido labriego
!con su azadón y su fe!
Rostro al viento
de las mil siembras
en la curvatura abismal de la cordillera.
sobre sus hombros, tres preseas,
el sol, la lluvia y las estrellas
Las audaces corcheas que deambulan atosigadas
en las sartas del trigo,
en las ortigas y las rocas que cerraron los capitulos
de las guerras de la barriada
Entre cañones de cicutas
!y arsenales de cuabarras!
Somos el equilibrio del colibrí
en las corolas sangrantes de las amapolas
y el mambeo ancestral de la coca,
somos complices del verso fracturado
en el poema cantado
con café, trementina y roles libertarios
de nuestra más entrañable y última elegía y PASO A LA NADA!
SUMATORIA
Mi pueblo duerme
sobre los cristales rotos de la luna
cuando la luna juega entre abismos
y las sombras proyectan paraísos perdidos
algunos viajeros descalzos
aún quieren embarcarse en la nave solitaria del diluvio
la especie se ha resistido
a los frutos del Edén
y a la lluvia permanente de las mentiras
la memoria de una costilla
es un estrafalario concepto de la nada
la trilogía, en una farsa encadenada!
Las manos han moldeado el viento y los sonidos
cifrados en las montañas de todos los universos,
la desnudez es la mejor postura
tapada con las alas de una libélula
o el contraluz de algún fantasma
el Búho en el campanario
permanece absorto interpelando la noche,
es el ojo eterno del tiempo
y de las letras profanas,
es un vuelo en blanco y negro
sumado a la huella del hombre
tras la sombra desbocada
en un incierto amanecer!
AL FINAL
Cuando pasen tantas lunas
por tu rostro
dibujando los caminos del otoño,
cuando al paso de diluvios
la sangre fatigada
haya saturado
el caudal de nuestras venas
y la piel clausurada en el olvido
haya trazado surcos en tardes serenas,
allí estaré esperándote
junto al portal de la memoria
de las manos de los retoños
que traen sus músicas y sus colores,
abordando el barco de papel cuadriculado
que apostamos en marcha
¡en una maravillosa tarde de arreboles!