Por ECOSFERA
¿Cómo sería el mundo si todos desaparecieran de repente? Quizá se haya planteado este cuestionamiento más de una vez y es que es inevitable cuestionarse cómo sería el planeta si la humanidad no existiera. Es un tema que han abordado cientos de películas y narrativas literarias, aunque casi siempre existen supervivientes para contarlo, pero qué sucedería si ningún humano habitara el planeta por un año y luego volviéramos del abismo para saber qué sucedió.
Un mundo silencioso
Si los humanos simplemente desaparecieran de un instante a otro y luego pudiéramos regresar para saber qué sucedió, lo primero de lo que se percataría sería del increíble silencio. Resulta que la humanidad es sumamente ruidosa, entre autos, motores, bombeos de agua, aviones, trenes, voces y una cantidad impresionante de contaminación auditiva. Pero la ausencia de humanos dejaría un paisaje sonoro completamente prístino con cantos de aves y sonidos de la naturaleza.
Los cielos se volverían mucho más azules por la ausencia de contaminación y el polvo que producimos los humanos. El aire correría más libremente y las lluvias dejarían de ser ácidas. No pasaría mucho tiempo antes de que los animales comenzaran a visitar las grandes ciudades y es posible que las poblaciones de especies se recuperen.
Lo que antes era su hogar, ahora estaría cubierto por polvo en cada rincón. Todo el tiempo hay polvo en el aire, pero el movimiento de los humanos lo mantiene dinámicamente activo, pero en cuanto se deshabite una casa de inmediato el caos se apoderará de ella.
Tampoco habría servicios a los que estamos acostumbrados. Tanto los servicios de agua, electricidad, internet y todos los demás, dependen de operaciones humanas que los mantienen en funcionamiento y al no existir manos para operarlos, dejarían de funcionar. Todo estaría a oscuras, además de que el agua por ejemplo, simplemente no fluirá por el grifo ya que llega hasta nuestras casas debido al bombeo constante, el cual dejaría de hacerse.
Pero lo realmente interesante es que la naturaleza reclamaría lo que le pertenece, las plantas crecerían de poco en poco en cualquier región donde caigan semillas y tengan las condiciones necesarias para prosperar. Puede parecer muy descabellado que después de tan sólo un año las plantas comenzaran a invadir su casa, pero si ha sido observador, podrá darse cuenta que la vegetación crece incluso por las grietas más estrechas entre el asfalto pese a que los humanos hacemos hasta lo imposible por no dejarlas crecer.
La naturaleza reclamaría lo suyo
Si bien no habrá animales extraordinarios selváticos o de ecosistemas más alejados de las grandes ciudades, por lo menos notará un incremento en el zumbido de los insectos. Los insectos son los animales que más peligro corren ante la presencia humana, están desapareciendo lentamente por nuestra causa y un año sabático de humanos les permitiría recuperarse. Moscas, mosquitos, abejas, escarabajos, catarinas, libélulas, hormigas y una infinidad más de insectos prosperarían sin humanos.
La infraestructura no sufriría grandes cambios, es decir, los edificios, puentes, carreteras y calles, conservarían casi su mismo aspecto y no presentarían grietas en un año. Si hablamos de una década quizá la situación sea otra, pero 12 meses es poco tiempo para que eso suceda.
Pese a que los cambios en las estructuras no serían demasiados, la desaparición de la humanidad por un año evidenciaría enormemente la manera en que tratamos a la Tierra. Así como damos mantenimiento a los servicios que día con día utilizamos, la naturaleza también necesita mantenimiento y eso es, dejarla existir en libertad.