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Editorial 28 de octubre de 2024

Cuando el poder cae en manos de un tirano

La historia universal y latinoamericana da cuenta de tiranos que llegaron al poder y en vez de fortalecer a su pueblo se dedicaron a asesinar, torturar, desaparecer y callar las voces que eran contrarias y que no estaban de acuerdo con sus excesos y denunciaban públicamente sus malos gobiernos.

Cuando el poder cae en manos de un tirano, se altera la historia, la democracia, el desarrollo y la vida. Los tiranos que han estado y están en el poder se revisten de un endiosamiento que los ciega y enferma, no aceptan críticas, mucho menos sugerencias de como gobernar, son seres humanos despreciables que en un principio se visten de oveja para terminar mostrándose como los lobos que son realmente.

Los tiranos son narcisistas, egocéntricos, vanidosos, obsesivos, mitómanos, manipuladores, insensibles, agresivos y quién quiera ser parte de sus gobiernos o su amigo debe cumplir todas las exigencias para no contrariar sus órdenes y sus excesos.

A los tiranos no solamente se los encuentra gobernando naciones, los hay también en medio de pequeñas comunidades, Juntas de Acción Comunal, asociaciones, colegios, empresas, incluso departamentos y municipios.

Los tiranos una vez en el poder pierden el rumbo y su norte inicial, su única obsesión es su YO. Sus seguidores y amigos buscan alimentarlo con adulos y aplausos que es lo único que los infla para hacerse más tiranos y crueles con su pueblo y con  quienes son sus contradictores.

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