El sacerdote y pensador peruano, nacido en Lima en 1928, se catapultó en el campo teológico con su emblemática obra ‘Teología de la Liberación: Perspectivas’
La noche de este 22 de octubre ha fallecido, a los 96 años, el sacerdote y teólogo peruano, Gustavo Gutiérrez, conocido como el padre de la teología de la liberación en América Latina.
La Orden de los Dominicos – congregación a la que pertenecía desde 2001 – confirmó la noticia: “Pedimos nos acompañen con sus oraciones para que nuestro querido hermano goce de la vida eterna”. Anunciaron que las exequias se realizarán en la sala capitular de su convento Santo Domingo de Lima.
Asimismo el Instituto Bartolomé de Las Casas del que fue fundador y presidente dedicó un sentido mensaje en redes sociales: “Con profundo dolor, comunicamos que esta noche ha partido nuestro querido amigo y fundador Gustavo Gutiérrez”.
“Damos gracias a Dios por su vida y su amistad. Su obra y trabajo en favor de los pobres y los más descartados de la sociedad seguirá iluminando el camino de la Iglesia por un mundo más justo y fraterno. ¡Gracias, Gustavo!”, añadieron.
Padre de la teología de la liberación
Gutiérrez, nacido en Lima en 1928, se catapultó en el mundo de la teología con su emblemática obra Teología de la Liberación: Perspectivas (1971), que provocó una remezón en la forma de hacer teología tradicional al proponer una fe comprometida con la justicia social.
Todo ello inspirado en los grandes postulados del Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín (1968). Desde muy joven promovió una reflexión teológica poniendo en el centro a los pobres, en la que propuso acciones pastorales, misioneras y evangelizadoras basadas en la realidad para transformarla con el testimonio.
Sus posturas fueron duramente criticadas por sectores conservadores. Durante los años 80, mantuvo un diálogo abierto con las autoridades eclesiales al punto que pudo reformular algunos puntos de su obra, pero sin renunciar a su compromiso con los más pobres.
El papa Francisco reivindicó su legado en 2018 con ocasión de sus 90 años. En ese entonces escribió una carta: “Me uno a tu acción de gracias a Dios y también a ti te agradezco por cuanto has contribuido a la Iglesia y a la humanidad, a través de tu servicio teológico y de tu amor preferencial por los pobres y los descartados de la sociedad”.
Pensador del siglo XXI
Gutiérrez nació en Lima en 1928 en el seno de una familia de raíces quechuas y españolas. Desde muy pequeño fue afectado por la osteomielitis – infección en los huesos – que lo mantuvo postrado en silla de ruedas.
Tras superar esta convalecencia, en 1947, ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de San Marcos, no obstante, su participación en el movimiento Acción Católica lo lleva a replantear su vocación de médico por el sacerdocio hasta ordenarse en 1959.
Estudió teología en Bélgica y Francia de la mano de grandes maestros como Henri de Lubac, Yves Congar, Marie Dominique Chenu, Christian Ducoq y varios más que eran miembros de las escuelas de Le Souchoir (dominica) y Fourvière (jesuita).
Su pensamiento y obra fueron acogidos en todo el mundo. Entre los reconocimientos más destacados se encuentran el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades (2003), el Premio Nacional de Cultura (2012) y el Gittler Prize (2014).
También fue nombrado Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor por el gobierno francés, por su influencia no solo en América Latina, sino en el ámbito global.
Fue integrante de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias y recibió las Palmas Magisteriales en 2018, la más alta distinción que otorga el Estado peruano a las personas que han hecho grandes aportes a la educación y a la cultura del país.